Noticias | 10 Junio 2020

Un nuevo código de nomenclatura para clasificar el mundo microbiano

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El sistema actual solo acepta que se nombren nuevas especies de procariotas si se pueden cultivar en laboratorio. Este trabajo propone un nuevo código de nomenclatura que supere este problemático requisito.

Imagen de microscopía de epifluorescencia donde se observan bacterias marinas cultivadas y con tinción DAPI / ICM-CSIC
Imagen de microscopía de epifluorescencia donde se observan bacterias marinas cultivadas y con tinción DAPI / ICM-CSIC

Bacterias y arqueas son dos de los tres dominios de la vida en la Tierra que engloban a los organismos unicelulares que carecen de núcleo celular, también conocidos como procariotas. El sistema actual de clasificación de estos organismos sólo acepta que se nombren nuevas especies si al menos un representante de las mismas ha crecido en el laboratorio en forma de cultivo puro (monocultivo) y es accesible para la comunidad científica. 

Se trata de la regla más controvertida del Código Internacional de Nomenclatura de Procariotas (ICNP, por sus siglas en inglés) y un requisito que siempre ha sido problemático para los microbiólogos que estudian estos organismos en la naturaleza. 

Sin embargo, ahora esta situación podría cambiar gracias al acuerdo al que han llegado un consorcio internacional de científicos entre los que se encuentran cinco investigadoras e investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), uno de los cuales es Sílvia González Acinas, del Departamento de Biología Marina y Oceanografía del Institut de Ciències del Mar (ICM) de Barcelona.

En concreto, este grupo de investigadores propone dos caminos a seguir: revisar el actual ICNP de modo que permita incluir especies no cultivadas y que serían representadas por la información en la secuencia de sus genomas, o crear un sistema de nomenclatura alternativo para organismos no cultivados que podría, en un futuro, servir tanto para los que se cultivan como los que no. La idea es que este nuevo código acabe fusionándose con el sistema tradicional de nomenclatura.

Todo esto se recoge en un artículo publicado recientemente en la revista Nature Microbiology en el que los autores aseguran que modernizar el código actual de nomenclatura facilitará que los investigadores puedan conocer, clasificar, identificar y compartir la biodiversidad del mundo microbiano. Asimismo, sería un cambio adaptado a las observaciones que permiten las nuevas tecnologías, con las que se pueden nombrar nuevos taxones de procariotas sin necesidad de cultivarlos. 

 

Clasificar la gran biodiversidad microbiana

En la década de 1980, los microbiólogos comenzaron a utilizar técnicas moleculares para muestrear y estudiar el ADN de microorganismos directamente en su propio hábitat. La diversidad de los hábitats de estos microorganismos va desde los océanos helados de la Tierra hasta las perforaciones subterráneas más profundas, así como los microbiomas de animales y plantas, incluyendo los asociados a la superficie de la piel, la mucosa oral y el tracto intestinal humanos, entre otros. 

En estos últimos 40 años, la tecnología ha mejorado de tal forma que se puede conocer el genoma de un microorganismo sin haberlo tan siquiera visto. Sin embargo, y a pesar de que se detectan cientos de miles de nuevas especies sin ser cultivadas, siguiendo las reglas del ICNP, ninguna de estas puede nombrarse oficialmente al no disponer de un cultivo puro viable, una premisa casi imposible para la inmensa mayoría.

El estudio presentado ahora ofrece una guía para superar esta dificultad e incluir las nuevas especies no cultivadas, lo que según los investigadores es muy importante, entre otras cosas, para avanzar en la clasificación de la diversidad procariota del planeta y para que a medio plazo se consiga catalogar la gran mayoría de especies de la biosfera, pues se estima que sólo se han nombrado aproximadamente el 1% del total real.