Noticias | 17 Agosto 2021

La actividad humana podría acabar asfixiando a los arrecifes de coral más someros del Caribe

Share

Un nuevo estudio realizado por investigadoras e investigadores del ICM y el STRI alerta que la acumulación de nutrientes y fertilizantes podría dejar las aguas someras sin oxígeno, llegando a causar la muerte de muchas especies de los arrecifes coralinos.

Las muestras de sedimento del fondo marino aportan información muy valiosa sobre la historia de los arrecifes / Sean Mattson (STRI).
Las muestras de sedimento del fondo marino aportan información muy valiosa sobre la historia de los arrecifes / Sean Mattson (STRI).

Un nuevo estudio elaborado por investigadoras e investigadores del Institut de Ciències del Mar (ICM) de Barcelona y del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) sugiere, a través de la reconstrucción de las condiciones ambientales durante los últimos 2000 años, que la actividad humana podría acabar asfixiando los arrecifes de coral más someros del Caribe, al igual que se está observando con los de más profundidad.

El equipo investigador empezó a trabajar en el estudio, publicado recientemente en la revista Ecography, en septiembre de 2017 después de que otro grupo de científicos documentara dos intensos eventos de hipoxia –falta de oxígeno- en la bahía del Almirante, ubicada cerca de la frontera de Panamá con Costa Rica, lo que causó la muerte de muchas especies.

Gracias a la instalación de una serie de sondas para medir el oxígeno en distintos puntos y profundidades de la bahía, las autoras y los autores del trabajo pudieron advertir que el agua presenta niveles de oxígeno muy bajos en las zonas de la bahía más cercanas al continente, sobre todo a mayor profundidad, donde debido a la poca circulación se acumulan todos los nutrientes de las aguas residuales y fertilizantes de las plantaciones cercanas. En cambio, en los puntos de la bahía más cercanos al océano abierto, la acción de las olas reoxigena el agua.

Hipoxia histórica

Con el fin de averiguar si estos eventos de hipoxia aumentan en frecuencia debido a una mayor aportación de nutrientes o al calentamiento global, así como para saber si ya ocurrieron en el pasado, el equipo investigador extrajo cuatro cilindros de sedimento (testimonios) en dos arrecifes a 3 m de profundidad, uno que actualmente experimenta hipoxia y otro que no, además de dos testimonios adicionales en una parte más profunda (4,8 m) del arrecife hipóxico donde actualmente los corales que lo forman están muertos. Posteriormente, los expertos analizaron los isótopos de las conchas de los gasterópodos fósiles contenidos en los mismos.

Con los resultados, el equipo creó una línea del tiempo datando los fragmentos de coral a través de los testimonios y clasificó los gasterópodos según el papel que desempeñan en el ecosistema (por ejemplo, herbívoro, carnívoro o parásito). Gracias a ello, pudo observar un incremento de la proporción de herbívoros y una disminución en los valores de isótopos de carbono en la parte más profunda del arrecife antes de que la acumulación del arrecife se detuviera hace aproximadamente 1500 años, lo que sugiere que la hipoxia puede ser la causa del deterioro de la parte más profunda del arrecife.

“También hallamos señales similares en la parte poco profunda del arrecife hipóxico durante las últimas décadas que indican que la hipoxia podría estar expandiéndose a menor profundidad sin precedentes históricos. Además, nuestra hipótesis se apoya en la distribución espacial actual de oxígeno en la bahía y los datos históricos disponibles”, explica Blanca Figuerola, la investigadora del ICM que ha liderado el estudio.

Señales de alerta sobre futuros cambios en los arrecifes del Caribe

Según el trabajo, el momento en el que la acumulación del arrecife de la parte profunda se detuvo no coincide con cambios climáticos importantes conocidos, pero sí con una expansión de las poblaciones humanas en la región. Esto indica que el desbroce del terreno podría haber causado un aumento de las aguas hipóxicas, alimentando la escorrentía de nutrientes en la zona.

“Nuestros datos históricos ponen de manifiesto que, si no se reduce la contaminación, los arrecifes más someros y relativamente más saludables podrían experimentar el mismo final que los más profundos”, alerta en este sentido el investigador del STRI y coautor del estudio Aaron O’Dea.

“Fue muy emocionante descubrir que los gasterópodos pueden contener información importante sobre las condiciones hipóxicas pasadas y pueden proporcionar señales de advertencia de cambios futuros en los arrecifes”, añade Figuerola, que espera poder repetir el mismo tipo de estudio en otros arrecifes para ahondar en las causas y las consecuencias de este tipo de eventos.