Es la conclusión principal de un nuevo estudio publicado en la revista Sustainability que define estas infraestructuras como herramientas clave para la recolección de datos ambientales y la formulación de políticas públicas basadas en la evidencia científica.

Un equipo liderado por el grupo EMBIMOS del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) ha publicado un estudio que redefine el papel de los observatorios ciudadanos en la ciencia.
Los observatorios ciudadanos (COs, por sus siglas en inglés) permiten a comunidades de todo el mundo recopilar datos ambientales, participar activamente en la ciencia y contribuir a la toma de decisiones. Sin embargo, el estudio evidencia que estos observatorios han sido conceptualizados de forma dispersa, lo que ha dificultado su integración sostenible en los sistemas científicos e institucionales.
El artículo identifica tres dimensiones para definir los COs: como sistemas sociotécnicos (descriptiva), como infraestructuras de investigación (instrumental) y como iniciativas avanzadas de participación ciudadana (normativa). En particular, el equipo destaca el papel infraestructural de los COs, una faceta poco explorada hasta ahora, que incluye tanto capacidades técnicas (recolección de datos, garantía de calidad) como funciones sociales (gobernanza, creación de comunidad).
Además, el estudio diferencia entre dos modelos operativos: observatorios diseñados a medida para proyectos de investigación concretos y observatorios abiertos que dan soporte a múltiples iniciativas. Ambos modelos requieren apoyo institucional sostenido, servicios compartidos y políticas coordinadas para asegurar su viabilidad a largo plazo.
“Reconocer los observatorios ciudadanos como infraestructuras de investigación es clave para lograr que la ciencia participativa siga generando datos y conocimiento que aporte respuestas a los retos locales y globales de nuestra sociedad”, explica la investigadora Karen Soacha, autora principal del estudio.
Por su parte Jaume Piera, coautor e investigador principal del grupo EMBIMOS, resalta que “los observatorios ciudadanos, entendidos como infraestructuras, generan un nuevo tipo de información, hasta ahora no considerada, para la toma de decisiones públicas basadas en evidencias”.
Con todo, el trabajo invita a instituciones científicas, administraciones y comunidades de usuarios a colaborar en el diseño de políticas y puesta en marcha de acciones para reconocer el valor de estos observatorios, promoviendo su sostenibilidad y su integración en el ecosistema científico global.