Gracias a los datos científicos proporcionados por el Instituto se ha podido confirmar la singularidad ecológica y geológica del enclave, lo que ha hecho que las autoridades prohíban la pesca en la zona a partir de 2024.

El Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona, en colaboración con la organización no gubernamental Oceana, ha logrado blindar contra la pesca el gran arrecife de coral de aguas frías de Cabliers, considerado el único ejemplo conocido hasta ahora de arrecife de profundidad conservado en estado casi prístino en el Mediterráneo. Situado entre los 300 y los 400 metros de profundidad en el mar de Alborán, este arrecife constituye una estructura viva que se eleva hasta los hasta 100 metros de profundidad y se extiende a lo largo de unos 25 kilómetros.
El arrecife de Cabliers, ubicado entre las aguas de Marruecos, España y Argelia, empezó a formarse hace unos 500.000 años y, según las expertas y expertos, en la actualidad sigue vivo y en crecimiento. Los datos científicos proporcionados por el ICM-CSIC confirman la singularidad ecológica y geológica del lugar, lo que ha llevado a la prohibición, a partir de 2024, de toda actividad pesquera que pueda alterar el fondo marino en un área de aproximadamente 400 kilómetros cuadrados.
Claudio Lo Iacono, investigador del ICM-CSIC que ha dedicado años al estudio de este arrecife, destaca:
"Lo más sorprendente de este arrecife es su casi perfecta preservación a lo largo del tiempo. En todos estos años, no hemos encontrado evidencias de actividades humanas, ni siquiera residuos plásticos, lo cual es extremadamente raro en el Mediterráneo y explica la gran biodiversidad que alberga el enclave".
Esta conservación excepcional se atribuye en parte a la lejanía del arrecife respecto a las costas, pues está ubicado a ocho horas del Cabo de Gata y a unas cuatro de Marruecos, lo que ha disuadido la presencia de barcos pesqueros. Además, la complejidad morfológica del entorno ha impedido históricamente a los arrastreros pescar en la zona.
“El arrecife de Cabliers es un criadero natural de especies de gran valor comercial como la langosta o el besugo, que viven al abrigo de los corales profundos. Las colonias que forman constituyen estructuras complejas que actúan como santuarios para numerosas especies asociadas. Es como descubrir un oasis repleto de vida en el fondo del mar”, añade Lo Iacono.
La decisión de proteger el enclave se tomó recientemente durante la reunión anual de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM), compuesta por 22 países ribereños del Mediterráneo, el mar Negro y la Unión Europea. Asimismo, en este encuentro, se acordaron una serie de medidas para actuar contra actividades ilegales de pesca con arrastre en zonas restringidas, incluyendo la implementación de un sistema que exige a los miembros de la Comisión demostrar controles efectivos sobre sus flotas y llevar a cabo una comunicación adecuada sobre sus capturas.
"Los datos obtenidos durante la expedición ponen de relieve que los planes de gestión actuales están contribuyendo en gran medida a la consecución de los objetivos de sostenibilidad”, apunta Valérie Lainé, de la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca de la Comisión Europea (DG-MARE), que añade que “es muy alentador ver el impacto de nuestros esfuerzos compartidos".
“La designación de Cabliers como una Fisheries Restricted Area (FRA) marca un gran avance para la conservación de los ecosistemas profundos del Mediterráneo, especialmente en lo que se refiere a iniciativas transfronterizas donde países de la UE y de África colaboran para mejorar la gestión de nuestros recursos marinos”, celebra por su lado Lo Iacono.
Si bien Cabliers es el arrecife más prominente, no es el único de corales profundos en el Mediterráneo. Existen otros más pequeños, pero igualmente importantes en términos de biodiversidad. De hecho, la singularidad de estos arrecifes ha motivado el despliegue, en el marco de proyectos tanto nacionales como internacionales liderados por el ICM-CSIC, de observatorios submarinos para monitorear y revelar los procesos físicos, sedimentarios y ecológicos que controlan estos hábitats.