Durante el último año, el ICM ha incorporado 343 ejemplares de cefalópodos a sus Colecciones Biológicas de Referencia (CBR), muchos de los cuales corresponden a especies de gran valor para los científicos, ya que son muy difíciles de muestrear.

Los cefalópodos tienen una elevada importancia culinaria y económica a nivel mundial. Además, ejercen un papel clave en las cadenas tróficas marinas. Por este motivo, disponer de información sobre ellos es imprescindible para entender la dinámica de las comunidades marinas. El grupo ‘Ecología y Conservación de Recursos Marinos Vivos’ del Institut de Ciències del Mar (ICM) contribuye a ello mediante distintos proyectos de investigación destinados a conocer la evolución, la morfología y la genética de estas especies.
Con este fin, durante el último año, el ICM ha incorporado 343 ejemplares de cefalópodos a sus Colecciones Biológicas de Referencia (CBR), muchos de los cuales corresponden a especies de gran valor para los científicos, ya que son muy difíciles de muestrear. Todos estos ejemplares podrán ser utilizados por investigadores de todo el mundo para realizar estudios morfológicos, genéticos y moleculares.
La incorporación de estos ejemplares a las CBR del ICM los convierte en valiosos recursos para el estudio de los cefalópodos y garantiza la identificación de otros ejemplares tanto en estudios actuales como en estudios posteriores, ya que están fijados en formol y conservados en etanol, lo que los mantiene durante decenas e incluso centenares de años en un estado óptimo para el estudio de su morfología. Además, se conservan exclusivamente en etanol muestras de tejidos de algunas especies, lo que hace posible la extracción de ADN para la realización estudios genéticos y moleculares.
“Las CBR del ICM me han permitido utilizar los ejemplares almacenados en ellas, permitiéndome aprender mucho sobre los cefalópodos que estudio. Además, he podido utilizar datos de especies de aguas lejanas que me hubiese sido imposible muestrear”, explica Fernando Fernández-Álvarez, que ha utilizado estos recursos para completar su tesis doctoral en el ICM, un trabajo dirigido por el investigador Roger Villanueva.
“Además, las CBR me han permitido depositar ejemplares para asegurar su conservación a largo plazo, lo que hará posibles futuras investigaciones basadas en los mismos”, añade Fernández-Álvarez. Actualmente, el investigador sigue utilizando ADN extraído de los ejemplares de las CBR del ICM para su proyecto postdoctoral sobre filogenia, sistemática y filogeografía de calamares oceánicos, un proyecto del Irish Research Council que realiza en la National University of Ireland Galway (Irlanda)
Algunos de los ejemplares depositados se corresponden con especímenes tipo, como es el caso del calamar rojo (Ommastrephes cylindraceus). El material tipo se refiere a los ejemplares que se utilizaron en la descripción original de una especie, lo que significa que cualquier persona interesada en estudios taxonómicos de dicha especie hará referencia a este ejemplar cuando lo estudie.
Los ejemplares incorporados recientemente a las CBR del ICM proceden de campañas oceanográficas y muestreos realizados durante los proyectos MAFIA, BATHYPELAGIC, CALOCEAN y SAP en los que participa el ICM. De cada uno de ellos se conoce el sexo, la fecha, el lugar y la profundidad a la que se encontraron, además del método de muestreo que usaron para capturarlos, entre otros.
Cuando los ejemplares llegan a las CBR del ICM, el personal de este servicio les da un número de catálogo con el que quedan registrados y vinculados con toda su información. Luego los colocan en envases especiales que impiden la evaporación del líquido conservante y se generan etiquetas internas y externas con la información científica asociada a cada uno de los ejemplares.
Toda esta información se publica periódicamente en la plataforma de biodiversidad mundial GBIF (Global Biodiversity Information Facility), una infraestructura científica open data que es accesible a cualquier persona y sirve para apoyar la investigación científica, fomentar la conservación biológica y favorecer el desarrollo sostenible.