El impacto de los virus en las comunidades microbianas marinas ha sido estudiado ampliamente en las zonas costeras o superficiales de los océanos pero hasta ahora los datos sobre los virus en el océano profundo eran escasos. Uno de los principales objetivos de la Expedición Malaspina, liderada por el CSIC en 2011, era muestrear el océano profundo y estudiar las estrategias de vida de los virus que viven allí.

El impacto de los virus en las comunidades microbianas marinas ha sido estudiado ampliamente en las zonas costeras o superficiales de los océanos pero hasta ahora los datos sobre los virus en el océano profundo eran escasos. Uno de los principales objetivos de la Expedición Malaspina, liderada por el CSIC en 2011, era muestrear el océano profundo y estudiar las estrategias de vida de los virus que viven allí. Los resultados del trabajo, publicado en la revista Science Advances, muestran que la lisis vírica, o proceso que rompe las células y produce la salida del material intracelular, es un fenómeno importante en profundidad y es, además, una causa significativa de mortalidad de las comunidades de procariotas (bacterias). Por lo tanto, esta actividad vírica representa una importante vía de reciclaje de materia orgánica y nutrientes en el océano profundo.
“Hasta hace poco se creía que la estrategia de vida de los virus en las capas profundas era un estado de letargo. Nuestro trabajo demuestra lo contrario, los virus son activos en las capas profundas de los océanos. Hemos demostrado que desempeñan un papel clave en las redes tróficas en el océano tropical y subtropical”, apunta la investigadora del ISMAR-CNR Elena Lara, que actualmente es investigadora postdoctoral en el Instituto de Ciencias del Mar de Venecia (Italia) y colabora con el Instituto de Ciencias del Mar donde realizó este trabajo .
El estudio aporta una visión global, ya que se tomaron más de 1.000 muestras desde la superficie hasta los 4.000 metros de profundidad en los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Los resultados, obtenidos mediante las técnicas de la citometría de flujo para el recuento y clasificación de células, muestran que hay una mayor presencia de virus en las capas superficiales que en las capas profundas del océano, si bien, dado que estas capas representan el 70% de los océanos, el 94,7% de los virus están por debajo de los 200 metros de profundidad.
“Aunque la abundancia de virus disminuye con la profundidad, estos son una pieza clave en el océano profundo. Su actividad es fundamental a nivel global para la regeneración o reciclaje del carbono orgánico y los nutrientes”, añade Dolors Vaqué, también investigadora del Instituto de Ciencias del Mar.
La Expedición Malaspina
La Expedición de Circunnavegación Malaspina 2010, un proyecto dirigido por CSIC que integra a más de 400 científicos de todo el mundo, arrancó el 15 de diciembre de 2010 con la salida del puerto de Cádiz del buque de investigación oceanográfica Hespérides. A bordo de este barco de la Armada Española y del buque Sarmiento de Gamboa, perteneciente al CSIC, los investigadores estudiaron durante nueve meses (siete a bordo del Hespérides y dos a bordo del Sarmiento) el impacto del cambio global en el ecosistema del océano y exploraron su biodiversidad.
Los científicos tomaron cerca de 200.000 muestras de agua, plancton, partículas de la atmósfera y gases en 313 puntos de los océanos Índico, Pacífico y Atlántico con profundidades de hasta 6.000 metros. A bordo midieron la temperatura y salinidad, las propiedades de la superficie, la acústica de las corrientes marinas, la concentración de oxígeno y dióxido carbono en el mar y en la atmósfera y el alcance de la luz solar, entre otros parámetros.
Nota de prensa: CSIC Comunicación