Científicos de la expedición Malaspina han confirmado que en los océanos tropicales y subtropicales del planeta la mayoría del nitrógeno que necesita el plancton para crecer proviene de las aguas profundas. Este proceso supera la absorción del nitrógeno gas de la atmósfera, que es muy importante entre el plancton de aguas cálidas. Los resultados, basados en datos recogidos durante la circunnavegación del buque oceanográfico Hespérides, salen publicados en la revista Nature Communications.

Científicos de la expedición Malaspina han confirmado que en los océanos tropicales y subtropicales del planeta la mayoría del nitrógeno que necesita el plancton para crecer proviene de las aguas profundas. Este proceso supera la absorción del nitrógeno gas de la atmósfera, que es muy importante entre el plancton de aguas cálidas. Los resultados, basados en datos recogidos durante la circunnavegación del buque oceanográfico Hespérides, salen publicados en la revista Nature Communications.
El equipo de científicos, liderado por la Universidad de Vigo con la participación de ICM y el Instituto Español de Oceanografía, realizó experimentos para medir la utilización de nitrógeno atmosférico, mientras observaba y contaba al microscopio las cianobacterias responsables de este proceso. Simultáneamente, los investigadores medían las concentraciones de nitrato desde la superficie hasta aguas profundas y evaluaban el nivel de turbulencia y la capacidad de bombeo vertical del nitrógeno.
El nitrógeno es un elemento esencial para la vida sin el cual las algas del plancton no podrían captar CO2 atmosférico por medio de la fotosíntesis y alimentar la red trófica de los ecosistemas marinos. Este se incorpora a los ecosistemas marinos de dos maneras: por difusión desde la atmósfera, rica en nitrógeno gas, y desde las aguas profundas, ricas en nitratos. El trabajo publicado hoy muestra evidencias de que la mayoría del nitrógeno de los seres oceánicos de zonas tropicales se incorpora por aquella segunda vía por difusión turbulenta desde aguas profundas, lo que contradice estudios anteriores.
"Nuestros datos indican que los procesos de doble difusión provocados por lo que llamamos dedos de sal funcionan como vías rápidas de transporte y aportan un 20% extra de nitrógeno en regiones tropicales y subtropicales del Atlántico y el Índico", señala Bieito Fernández, de la Universidad de Vigo. "Este fenómeno no se había examinado con tanto detalle y al mismo tiempo tanta extensión geográfica", explica Bea Mouriño-Carballido, profesora de la misma universidad y líder del trabajo.
Rafael Simón, investigador del Departamento de Biología Marina y Oceanografía del ICM y uno de los coordinadores de la expedición, destaca: "La productividad biológica de los océanos nos proporciona la mitad de la producción de oxígeno del planeta y la retirada de una parte importante del CO2 que los humanos lanzamos a la atmósfera, además de los recursos pesqueros. El nitrógeno es la llave que regula esta productividad; entender el ciclo es crucial para anticipar el papel de los océanos en el clima y la alimentación de las futuras generaciones ".
La expedición Malaspina es un proyecto Consolider-Ingenio 2010 gestionado por el CSIC y financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, con la colaboración de algunas fundaciones privadas. Participan 50 grupos de investigación de 27 centros españoles y 23 internacionales. El presupuesto ronda los 6 millones de euros.
Artículo:
Bieito Fernández-Castro, Beatriz Mouriño-Carballido, Emilio Marañón, P. Chouciño, Jesús Gago, Teodoro Ramírez, Montserrat Vidal, Antonio Bode, Dolors Blasco, Sarah-Jeanne Royer, Marta Estrada, Rafel Simó. Importance of salt fingering for new nitrogen supply in the oligotrophic oceans. Nature Communications, doi:10.1038/ncomms9002