Noticias | 26 Marzo 2021

La campaña SAGA10W ahonda en el estudio de un componente clave del sistema climático: las corrientes zonales del Atlántico Sur

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Está previsto el despliegue de una serie de aparatos para medir distintas variables oceanográficas a una profundidad de entre 2 y 4 kilómetros en siete puntos ubicados entre los 34 y 19ºS a lo largo del meridiano 10ºW.

El equipo investigador salió a principios de marzo del Puerto de Punta Arenas (Chile) y llegará a finales de abril en Gran Canaria (España).
El equipo investigador salió a principios de marzo del Puerto de Punta Arenas (Chile) y llegará a finales de abril en Gran Canaria (España).

Con el objetivo de comprender mejor el funcionamiento de la circulación global profunda y su influencia en el clima de la Tierra, un grupo de investigadores liderado por expertos del Institut de Ciències del Mar (ICM), la Universidad de Las Palmas (ULPGC) y el Instituto Español de Oceanografía (IEO), entre otros centros internacionales, ha puesto en marcha el proyecto SAGA (de las siglas en inglés South Atlantic Gateway), financiado por el Plan Nacional de I+D+i del Estado.

La circulación global profunda o cinta transportadora oceánica forma parte de la circulación oceánica a gran escala. Aproximadamente la mitad de esta cinta se origina en el norte del Atlántico, donde se forman las aguas profundas que viajan hacia el sur hasta alcanzar la Corriente Circumpolar Antártica, que las transporta al resto de océanos.

Las aguas que compensan este flujo profundo circulan más cerca de la superficie, atravesando el Atlántico Sur hacia el oeste hasta que alcanzan las regiones tropicales. Desde allí eventualmente alcanzan la corriente del Golfo, originada en el golfo de México, y llegan a las zonas de formación de las aguas profundas, en el giro subpolar ártico, que está por encima de Terranova y las islas británicas.

Esto hace del Atlántico Sur un verdadero cruce de caminos que regula la intensidad de la cinta transportadora oceánica, un componente clave del sistema climático encargado de transportar las aguas cálidas hacia el norte y las aguas frías hacia el sur. En el Atlántico Sur las corrientes profundas atraviesan la dorsal atlántica hacia el este, mientras que las más superficiales e intermedias viajan hacia el oeste.

Una gran campaña

El equipo investigador involucrado en el proyecto zarpó a principios de marzo del Puerto de Punta Arenas (Chile) en el marco de la campaña oceanográfica SAGA10W y llegará a finales de abril a Gran Canaria (España). Durante este período, está prevista la instalación, en el lecho marino, de distintos equipos que han de permitir averiguar cómo se comportan las corrientes del Atlántico Sur y de qué modo están conectadas con el océano Austral, el que baña la Antártida.

“En la actualidad, se conocen bastante bien las corrientes de superficie y cómo estas reparten el calor en las distintas regiones del planeta gracias a los satélites, pero tenemos muy poca información de las corrientes profundas, claves en el funcionamiento de la cinta transportadora oceánica”, comenta Mikhail Emelianov, el jefe de la campaña SAGA10W a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa.

Durante la campaña está previsto el despliegue de una serie de aparatos para medir distintas variables oceanográficas a una profundidad de entre 2 y 4 kilómetros de profundidad en siete localidades ubicadas entre los 34 y 19ºS a lo largo del meridiano 10ºW: 4 PIES (Pressure Inverted Echo Sounder) —que permiten reconstruir la estructura termohalina de la columna de agua— y 3 anclajes que incorporan correntímetros —miden las corrientes— y CTDs —miden la temperatura, la salinidad y la conductividad del agua.

S'instal·laran diferents aparells per estudiar els corrents a una fondària d'entre 2 i 4 quilòmetres / ICM-CSIC
Se instalarán diferentes aparatos para estudiar las corrientes a una profundidad de entre 2 y 4 kilómetros / ICM-CSIC

Los anclajes estarán en el agua durante dos años, tras lo cual se recogerán y se podrán analizar los datos. Los PIES, en cambio, permanecerán en el lecho marino cuatro años, aunque a los 16 y a los 32 meses se liberarán unas unidades que subirán hasta la superficie del mar para transmitir los datos recopilados.

“Gracias a estos equipos podremos medir de forma ininterrumpida durante varios años la cantidad de agua que se intercambia entre las regiones tropicales y subantárticas”, explica el director del ICM Josep Lluís Pelegrí, uno de los investigadores involucrados en el proyecto. A su juicio, “la instalación de estos equipos es totalmente innovadora y contribuirá a mejorar en gran medida la capacidad de la comunidad internacional para medir y comprender el funcionamiento de la cinta transportadora global”.

“SAGA situará a España en una posición de referencia en lo que respecta al monitoreo de las corrientes marinas, fomentando así las colaboraciones con otros centros de investigación marina españoles, de Estados Unidos, Francia, Sudáfrica, Brasil, Argentina y Alemania, entre otros”, aseguran los investigadores del proyecto.

Además del ICM, la ULPGC y el IEO, también participan en esta iniciativa la Unidad de Tecnología Marina (UTM), la Universidad de Barcelona (UB), la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) de México, la Universidad Pierre et Marie Curie (Francia) y la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica).